Hace algún tiempo. Pensaba mucho en esto! Inclusive intenté hacerlo. Muchos vieron que estuve mal y nadie se acercó, muchas veces me vieron ebrio y solo reían de mí. Centenares de veces fui la burla de mis amigos y conocidos, simplemente porque creían que está loco. Fueron muchos años viviendo bajo esta oscuridad densa y pesada, incomoda y absurda.
Muchas noches no dormía pensando en cuál era la mejor manera de morir. Días largos y noches eternas en la misma conversación con ser. Haciéndome la misma pregunta: ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?
Poco me importaba los comentarios de aquellos que decían ser mis amigos. Pues nunca lo fueron, porque cuando más necesite de alguna voz o de un simple oído, ninguno estuvo presente. ¿Dónde estaban mis amigos cuando los necesito?
Así que pensé: "Si llego hacer esto y es seguro que lo haré, que ninguno se atreva a llamarme cobarde, porque nadie se puso en mis zapatos"
Pensé en todo el dolor qué sentiría mi madre. Y que pasaría él resto de su vida aún más infeliz de lo que ya es. Me importó tan poco y a la vez lo suficiente, para posponer lo inevitable.
Me tome un tiempo, un largo tiempo para trabajar en mi. Ayudar a los demás que están pasando por esto, evitar que se apaguen, sacarlos de esta zona repugnante llamada depresión: La depresión para mí es un cáncer, uno de los peores cáncer que existe. Puedes superarlo , pero también puedes recaer.
Es mejor quemarse que apagarse.